Los contenedores reciclados seleccionados en el Puerto de Oakland, fueron las piedras angulares, se cortaron y apilaron para encajar entre las secuoyas a lo largo de una pendiente pronunciada.
Mientras que la casa fue montada en 6 horas, tomó casi un año terminar el interior ya que gran parte fue personalizada con algunos requisitos específicos: en lugar de carpinteros, se utilizó metal soldado, para ello contrataron a techistas comerciales, etc.
Connie, reconoce que no era "la forma más barata de construir", y no tenían, inicialmente por objeto la construcción de una casa de estas características. Pero la pareja se siente más segura y confía en que su casa aguantará bien en condiciones extremas, es decir, caída de árboles, incendios forestales, etc. Connie bromea diciendo que si un árbol cae sobre su hogar, "a los sumo se abollará un poco, entonces llamaremos a un chapista de autos, para arreglar la casa".
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