6 de noviembre de 2012

Victima de la fatiga de combate 1ª Guerra Mundial

El Shell Shock o fatiga de combate es un trastorno psicológico caracterizado por un tipo de neurosis que se evidencia como un síndrome de estrés y repulsión al combate. Es un tipo de trauma psicopatológico manifestado como una neurosis asociada a la exposición prolongada con muertes masivas, explosiones, tableteos de ametralladoras, bombardeos constantes, escenas shockeantes o el ruido ambiente propio de una batalla. Ésta neurosis se manifiesta de diferentes modos, dependiendo del perfil de personalidad del sujeto, puede ser expresado por ataques de histeria, pasividad y mutismo o parálisis de miembros, incapacidad para percibir el entorno o descontrol de emociones reprimidas. Los síntomas pueden ser variados: mutismo, mudez, sordera, inestabilidad emocional, apatía, falta de concentración, sudoración fría, trastornos del sueño, convulsiones musculares, desinterés del entorno etc.

El siguiente video muestra imágenes inquietantes de los efectos del Shell Shock. Fue filmado durante la 1ª Guerra Mundial, esta notable película muestra a un soldado traumatizado, casi sin poder caminar, sin embargo, después del tratamiento, el hombre se transforma y camina hacia la cámara. Seale Hayne en Devon era un hospital militar que jugó un rol importantísimo en la curación de las víctimas de la fatiga de combate durante la Gran Guerra. En ese momento, la mayoría de las víctimas de neurosis de guerra fueron tratadas con dureza y con poca simpatía ya que sus síntomas no se entendieron y fueron vistos como un signo de debilidad. Así que en lugar de recibir el cuidado adecuado, muchas víctimas de trauma sufrieron terriblemente con los tratamientos, como la incomunicación o la terapia de choque eléctrico. Sin embargo, un médico llamado Arthur Hurst creía que podía curar a todas las víctimas de ésta neurosis. Los llevó a Seale Hayne en la campiña de Devon y allí utilizó tratamientos revolucionarios como la hipnosis, la persuasión, masajes y tratamientos dietéticos para curar a sus pacientes. De hecho el 90% de los pacientes de Hurst se curaron en una sola sesión.


Fuente consultada: Wikipedia

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