Tommy Carroll un estudiante de periodismo de 20 años de edad perdió la vista en ambos ojos a los 2 años por un retinoblastoma (cáncer de retina) que no fue tratado a tiempo. Pero eso no le impidió tomar un skate y aprender a patinar a la edad de diez. Sorprendentemente Tommy es capaz de encontrar su camino al escuchar el ruido de sus ruedas en los parques de skate, a los que llega temprano en la mañana, para evitar chocar con otros. Para Tommy el equipo de protección es vital para sentirse completamente seguro, él dice: “Creo que todo el mundo debería saber que todo pasa por algo, pero que lo importante es pensar en que siempre hay una manera de superar los obstáculos si realmente se desea”.
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