8 de noviembre de 2012

El día más dramático de la historia de la Formula 1 – La muerte de Roger Williamson


Estas son las dramáticas imágenes de la muerte del piloto británico Roger Williamson a los 25 años de edad, durante el Gran Premio de Holanda de 1973, su segunda carrera en la Fórmula 1.

Crónica de los hechos: Durante la carrera, uno de los neumáticos de Williamson sufrió un reventón, perdiendo así el control del vehículo. El coche impactó contra las barreras a alta velocidad, siendo catapultado a una distancia de 275 metros por la pista para acabar finalmente boca abajo contra las barreras del otro lado del circuito, después de que el depósito de combustible se incendiase debido al roce contra el suelo. David Purley, amigo de Williamson, salió de su propio coche en un intento desesperado de salvar al piloto accidentado. Williamson no había sido herido de gravedad, y se lo llegó a oír gritando a Purley que lo sacara del coche, mientras Purley intentaba en vano voltear el coche volcado.

En principio, los comentaristas de la televisión holandesa, el control de carrera y algunos otros pilotos asumieron que fue el coche de Roger el que sufrió el accidente, y que el piloto había escapado indemne, lo cual resultó en que la carrera prosiguió con total normalidad.

Los comisarios de la esquina donde había ocurrido el accidente estaban mal entrenados y equipados, de modo que fue el propio Purley quien debió usar el extintor para tratar de apagar el fuego. La vestimenta de los comisarios no era ignífuga, de modo que éstos se limitaron a esperar a que llegase el camión de bomberos mientras la carrera seguía en progreso. El fuego fue relativamente débil durante tres minutos, tiempo suficiente para voltear el coche y sacar a Williamson, pero Purley no podía hacerlo solo. En lo que ha sido considerado como el aspecto más impactante del incidente, uno de los comisarios intentó alejar a Purley de allí mientras Williamson permanecía atrapado e indefenso. Algunos espectadores, ante la indiferencia de los comisarios, intentaron saltar las vallas de seguridad y entrar al circuito, pero les fue impedido por el personal de seguridad, que empleó perros.

Para cuando el camión de bomberos llegó, Williamson había muerto. Los comisarios se limitaron a colocar un manto blanco sobre los restos del coche y dejar que continuara la carrera.

Probablemente, éste fue uno de los días más tristes de la Fórmula 1. La pérdida de Williamson fue representativa de las muertes o lesiones de muchos pilotos de la época, y fue la primera vez que un evento tan trágico era retransmitido por televisión para un público tan amplio. El accidente puso de manifiesto las deficiencias de la seguridad de los Grandes Premios. Niki Lauda declaró tras la carrera que se sentía "extremadamente triste y culpable" de que nadie hubiese podido o querido ayudar a Purley. Fuente: Wikipedia.


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