"Cuando recién comenzó a caminar lo perseguíamos esperando que caiga, y nunca cayó", recuerda su madre, Sandra Muniz, esbozando una sonrisa de admiración. El pequeño Gabriel Ferreira Muniz (11) nació sin pies y llegó al mundo para demostrar que los sueños y el deseo profundo pueden superar cualquier adversidad, por dura que parezca.
Gabriel siempre lleva una pelota bajo el brazo, juega fútbol en su colegio, y a pesar de sus limitaciones no se hace problemas en dominar el balón, gambetear o rematar al arco. Por sus buenas condiciones recibió una invitación para entrenar en la escuela vacacional del FC Barcelona de Brasil.
"Nunca habíamos tenido un caso como este, pero no hay problema ya que aquí todo el mundo tiene espacio", aseguró Joaquim Estrada, coordinador de la escuela. "Pese a no tener los dos pies, tiene una coordinación motora sensacional", explicó el fisiólogo del Barcelona Camp, Mauricio Soares.
El pequeño, oriundo de Río de Janeiro, participó en la academia del 22 al 28 de julio y por ello luce orgulloso un diploma oficial del club español. Admira a Lionel Messi y se dice que ya recibió una invitación para conocer a su ídolo.
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