En un experimento que tiene profundas implicaciones, el pequeño robot Qbo dotado de "reconocimiento de objetos" y en este caso específico activado el "reconocimiento facial" y visión estereoscópica, es colocado frente a una imagen de un pingüino, al cual reconoce rápidamente, luego frente al espejo para ver si él puede aprender a reconocerse a sí mismo. selecciona su imagen en el espejo y, con la ayuda de uno de los ingenieros, aprende a reconocerse a sí mismo. Este experimento muy simple conlleva importantes aspectos psicológicos sobre la auto-conciencia.
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